- A ver...Era más o menos esto:
Si tomáramos consciencia del daño que Jhsg le causó a Zkl, fácilmente nos daríamos cuenta de la implicancia de Sjr en el asunto. No es comprensible, para cualquiera que conozca a Zkl, pensar que Jhsg tuviera, sin la ayuda de Sjr, medios suficientes para vencerlo. Y es que resulta increíble imaginarse el duelo entre ambos sin el brazo escondido de Sjr apareciendo por detras de Zkl. Es justo en el momento en que todo se complicaba para Jhsg cuando, esa jugada, por la espalda, define el desenlace del combate. Ese hombre de negro, encapuchado, que aparece de un segundo al otro sobre el escenario, y que se apresura a dar el golpe mortal mientras Zkl realiza el último esfuerzo por alcanzar a Jhsg; es, creo yo, la personificación de la perfidia, y de todos los actos moralmente malos a los que el ser humano puede aspirar. Sin compasión, movido por celos desmesurados, Srj se encuentra poseído por la maldad; traiciona a su hermano sin dudarlo y, no bastándole con eso, le besa los labios despues de matarlo. Jhsg, en cambio, se haya sorprendido; no comprende cómo todo de pronto se torna a su favor, y de inmediato se deja caer, con gesto afectado, lanzando un sollozo horrible hacia el cielo. Aquí claramente notamos la intención trágica del autor, la polaridad constante entre...
-Para, para. ¿Que mierda es eso? Me dijiste que habías leído un cuento y que me ibas a contar de qué se trataba, ¿no es cierto?
-Mmm, si.
-¿ Y entonces qué es lo que me estabas diciendo antes?
- Eso mismo.
- Ah, disculpa, es que no había entendido...Mmm, permiso, es que de pronto me siento mal. ¿Hablamos luego?
- Eh, bueno, está bien.
...Y sentado en el pasto seguí sin entender por qué hay gente que sabe tantas palabras. Complicadas redacciones sobre aún más rebuscados temas que, perdonen la ignorancia, nunca llego a comprender del todo. Sé que es una estupidez, pero estoy convencido de que acá adentro todo es más fácil. Imagino la tragedia más parecida a ese perro que ladra en la calle. La traición me suena a un saxofón mal tocado o a una sonrisa que nadie vió. Una espada es, antes que un utensilio de acero, una burla a tus espaldas, una mentira alegre.
¿Daño no es lo que nos hace la tierra cuando se acaba el invierno? Por lo menos eso pensaba yo.
Pero tranquilo, que no te estoy contando nada. Si para tí que alguien llore en público significa algo creo que me equivoqué.
De hecho así parece ser siempre. Estar sentado sólo en un lugar como éste, donde la gente viene a inventar su éxito o a gritar que sabe, es realmente una ridiculez. Los que saben ven la ópera, no los árboles. La gente mira la hora pero no se saluda, se regala joyas pero no se ríe.
Es curioso, y yo que pensaba que el amor era tirarse arena.
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